ley de filos y langer
domingo, 20 de abril de 2014
aspectos legales de heridas por armas blancas
Sección de las paredes abdominales.- En nuestro país el suicidio por sección de las paredes abdominales es muy raro, excepto en enfermos mentales. La etiología homicida de este tipo de lesiones es muy propia de los delitos sádicos, acompañada frecuentemente de eventración y aun evisceración .
Diagnóstico del origen vital o postmortal de la herida.- Los
datos principales en que hemos de apoyar este juicio serán : La
existencia de hemorragia externa o interna; la embolia gaseosa en las
heridas que interesen las venas del cuello; la retracción de los bordes
le la herida y su intensidad, así como de los elementos anatómicos
interesados por la lesión; la propulsión del tejido adiposo subcutáneo
entre los borde de la herida y la presencia de coágulos sanguíneos
íntimamente adheridos a las mallas de los tejidos, que resisten a la
prueba del lavado. Todos estos signos constituyen pruebas de origen
vital de la herida, por lo que su ausencia debe interpretarse en favor
de haberse producido después de la muerte.
En los casos dudosos deberán recurrirse a las pruebas especiales
descritas: métodos histológicos, métodos bioquímicos en sus distintas
variantes técnicas.
Diagnóstico del origen suicida, homicida o accidental.- No
existe ninguna regla general que permitan en todos los casos establecer
con certeza la etiología médico legal de una herida por arma blanca.
Este diagnóstico es, en realidad, un juicio valorativo de los caracteres
que presentan las heridas en cada caso particular, a los que deben
unirse los derivados del lugar del hecho y aun los antecedentes
sumariales si se quiere que aquel juicio se ajuste fielmente a los
hechos. Es por ello que en este diagnóstico tiene un gran interés la
íntima colaboración entre el juez instructor y el perito médico.
Los elementos de juicio de carácter estrictamente médico legal son los siguientes:
- HERIDAS PUNZANTES Y CORTO - PUNZANTES.- En estos tipos de heridas el diagnóstico etiológico se deduce del sitio en que se radican, de su número y de las características que presenten los vestidos de la víctima.
- Localización de la herida: El sitio en que radica la herida sólo proporciona datos de probabilidad, aunque a veces resultan altamente significativos. En efecto, el suicida elige para herir ciertas zonas por encontrarse en ellas órganos de importancia vital (región precordial) . Esto, sin embargo, no es absoluto, pues las mismas zonas pueden haber sido atacadas por el homicida, mientras que algunos suicidas eligen sitios distintos ( abdomen, pared anterior del tórax). Es más corriente que la localización se separe de estos sitios en el homicidio, pues el agresor no siempre puede elegir la zona a herir, sobre todo si ha habido lucha, en cuyo caso la herida puede interesar cualquier región. Un dato muy importante es la accesibilidad de la región herida que excluye el suicidio si las heridas están localizadas en puntos, que la víctima no puede alcanzar por sí misma. Orientan también el juicio en el mismo sentido cuando, además, se observan heridas en otras regiones que, si bien la víctima pudo alcanzar, no hay razón para que las presenten en caso de suicidio. Así , por ejemplo, heridas en la cara palmar de las manos o en el borde interno de los antebrazos, llamadas heridas de defensa ya que se producen al intentar protegerse la víctima o desarmar al agresor, que son muy típicas del homicidio.
- Número de heridas: Los golpes múltiples son más frecuentes en el homicidio que en el suicidio. Ahora bien , en este último caso no puede excluirse la posibilidad de que se produzcan varias heridas aun cuando por su localización y profundidad hayan de considerarse mortales, cuando todas ellas radiquen en la misma zona. La multiplicidad de las heridas, en especial cuando son graves, radicadas en diversas regiones corporales excluye el suicidio y señala su etiología homicida.
- Examen de los vestidos: El suicida suele abrirse los vestidos o quitárselos para alcanzar con el instrumento la región desnuda. En el homicidio, en cambio, los vestidos no han sido quitados y en ellos se encuentran también desgarros y roturas producidas por el arma en zonas correspondientes a las heridas cutáneas. En cuanto al diagnóstico del origen accidental pueden darse muy pocas normas de carácter general. Así, una herida de dirección descendente no puede considerarse accidental salvo circunstancias muy excepcionales; lo mismo puede decirse para una herida con trayecto doble o múltiple que indica que el arma fue retirada en parte y de nuevo hundida en distinta dirección. En la práctica , las heridas punzantes y corto – punzante de origen accidental se producen en tan variadas circunstancias, que este diagnóstico sólo puede deducirse del estudio especial y circunstancial de cada caso. El perito debe abstenerse de sentar hipótesis acerca de como se han podido producir las lesiones estudiadas, limitándose a estudiar los caracteres de las heridas y ponerlos en relación con el mecanismo a que se atribuyen. En sus conclusiones bastará con que señales y tales caracteres contradicen la versión dada o sí, por el contrario, su localización, su dirección, su profundidad, hacen atendibles que dichas heridas se hayan producido de un modo accidental en las circunstancias indicadas por los antecedentes sumariales.
- HERIDAS INCISAS E INCISO CONTUNDENTES.- En líneas generales son igualmente válidos para estas lesiones los criterios expuestos para el diagnóstico etiológico de las heridas punzantes y corto punzantes. Sin embargo, algunas localizaciones especiales requieren una consideración particular.
- Degüello.- Se conoce con este nombre la lesión de la región anterior del cuello con arma cortante, que a veces alcanza una profundidad verdaderamente notable, interesando todos los órganos de la región hasta los planos prevertebrales. Su origen puede ser tanto homicida como suicida, siendo muy importante precisar los elementos de juicio para establecer el diagnóstico diferencial. Como en el homicidio pueden darse muy variadas modalidades de herida según las circunstancias en que hayan tenido lugar la agresión, nos limitaremos a señalar las características del degüello suicida: Dirección: La herida suele dirigirse de izquierda a derecha y de arriba a abajo (en los zurdos, al contrario) . Topografía: La localización de la herida, más que anterior, es anterolateral izquierda, pues se inicia en la cara izquierda del cuello y suele terminar antes de llagar a la cara derecha. Profundidad : El punto de iniciación de la herida ( o sea su extremo izquierdo) suele ser sensiblemente más profundo que su parte final, en donde el suicida ya tiene mucha menos energía. Como consecuencia, los grandes vasos del cuello sólo suelen estar seccionados en el lado izquierdo. Las vías aéreas suelen estar cortadas casi siempre, completa o parcialmente, más a menudo a nivel de la laringe en su parte superior. En ocasiones, el corte llega a la columna vertebral en donde queda marcada la huella del instrumento. Hay gran retracción de los tejidos blandos quedando un gran hueco entre las paredes de la herida que aparenta como si se hubiera hecho la escisión de un bloque triangular de la región anterior del cuello. Uniformidad: La herida suicida raramente es uniforme. Son muy características las pequeñas heridas de tanteo, situadas en las inmediaciones del punto de iniciación de la herida principal; son poco profundas y en número variable. Los tejidos profundos tampoco suelen ser seccionados de un solo trazo, observándose desigualdades debidas a los movimientos inciertos de la mano. Vestidos: Toda la parte anterior de los vestidos aparecen característicamente manchada de sangre que forman una capa espesa, lo que se debe a que, de ordinario, el suicida se secciona el cuello estando de pie y, a menudo, delante de un espejo. Mano: Por último, la mano que ha empuñado el arma que recibe directamente el derramamiento de la sangre de los grandes vasos aparece siempre ensangrentada.
- Sección de venas.- Es este un tipo de herida cortante típica del suicidio. Fue el método elegido por el gran poeta romano Petronio. Tiene ciertas zonas de elección: En primer lugar la región anterior de la muñeca izquierda, seguida por la flexura del codo izquierdo; estas localizaciones se trasladan al lado derecho de los zurdos. No están excluidas otras localizaciones, como el hueco poplíteo, si bien son mucho más raras . En un caso hemos visto estas lesiones en el pliegue inguinal. En general las heridas suelen ser un poco profundas, por lo que no llegan a interesar tendones ni troncos nerviosos. Así se explica, que con frecuencia, después de haberse seccionado el suicida la muñeca izquierda, pueda con esta mano las venas de la muñeca derecha.
- Decapitación.- Se llama así la sección de la nuca con un instrumento cortante o cortante y contundente, que puede interesar sólo los tejidos superficiales o llegar hasta la columna vertebral y aun abrir la cavidad raquídea y seccionar la médula. En su origen puede corresponder tanto a un suicidio como a un homicidio, sin estar excluida tampoco la etiología accidental . No obstante, las heridas suicidas no pueden tener una gran profundidad, por la dificultad de alcanzar esta región anatómica la propia víctima con la necesaria energía. Pese a todo, en la literatura médico legal se encuentran en algunos casos de suicidio en alienados con herida de decapitación muy profunda por lo que en cada caso habrá que tomarse en consideración esta posibilidad. La heridas de decapitación homicida corresponden ordinariamente a instrumentos cortantes y contundentes ( hachas) . Cuando se trata de armas cortantes es raro que las heridas de decapitación sean únicas, sino que acompañan a lesiones de degüello y de otras localizaciones.
Sección de las paredes abdominales.- En nuestro país el suicidio por sección de las paredes abdominales es muy raro, excepto en enfermos mentales. La etiología homicida de este tipo de lesiones es muy propia de los delitos sádicos, acompañada frecuentemente de eventración y aun evisceración .
Identidad del arma.- La identificación
del arma que ha producido una o varias heridas por arma blanca es
problema de muy difícil solución en la práctica . De ordinario a lo más
que se puede aspirar es a determinar si un arma concreta a podido
producir las heridas que se estudian. No obstante , del minucioso
estudio de la herida pueden deducirse ciertas indicaciones generales
acerca del instrumento que lo produjo, indicaciones que, en los casos
favorables, llegan a permitir su identificación.
Clases de instrumento.- Los caracteres
generales de las heridas producidas por los distintos tipo de arma
blanca, estudiados en las páginas anteriores, son lo suficientemente
demostrativos para determinar si el instrumento productor es punzante,
cortante, corto punzante o inciso contundente.
ANCHURA DEL ARMA.- Este problema se
refiere exclusivamente a las heridas corto punzantes, pues en las
incisas es insoluble y en las punzantes solo puede apreciarse en
términos muy vagos, a menos que la lesión interese cartílagos. En las
heridas corto punzantes con un solo borde cortante la longitud de la
herida coincide con la anchura de la hoja del arma sólo si esta a
penetrado perpendicularmente y ha conservado esta dirección al salir,
pues en caso contrario, si el sentido de la penetración es oblicuo, la
herida es más larga que anchura real tiene el arma . DALLA VOLTA ha
propuesto un método geométrico de determinar la anchura real de la hoja
del arma partiendo de la longitud de la herida del ángulo de penetración
. Para tomar las dimensiones de esta herida deben aproximarse primero
sus bordes, pues en otro caso la retracción de los tejidos puede
modificarlas sensiblemente .
NUMERO DE BORDES.- Como se dijo al
estudiar las heridos producidas por instrumentos pluricortantes, no
siempre todas las aristas se marcan en la herida, por lo que a veces
podrá confundirse el instrumento agresor. Si el número de heridas es
múltiple, las posibilidades de determinar la forma del instrumento
aumentan . El examen microscópico de los tejidos cutáneos seccionados
por el arma facilita información complementaria sobre la forma del
instrumento ( DALLA VOLTA y DEL CARPIO) . Más simplemente, es muy útil
incluir en parafina el bloque de la herida y realizar unos cortes
perpendiculares el eje del trayecto, en los cuales se ven muy
nítidamente la forma de la diéresis. Cuando el instrumento a interesado
cartílago queda en él una huella muy fiel de la forma del instrumento.
PERRANDO estudió las huellas óseas producidas por armas corto punzantes ,
llegando a que la conclusión de que la configuración de la herida es
siempre bastante fidedigna en los huesos con dos láminas bien distintas y
con suficiente sustancia esponjosa ( cráneo, pelvis, esternón, cuerpos
vertebrales). En algunas ocasiones, armas bastantes puntiagudas se
rompen al herir el hueso quedando la punta clavada en él lo que
simplifica, naturalmente el problema.
LONGITUD DEL ARMA.- De forma elemental
podría decirse que la longitud del arma viene determinada por la
profundidad de la herida. Pero este hecho sólo es cierto en contadas
ocasiones. Unas veces porque no toda el arma se ha introducido, en cuyo
caso la profundidad de la herida será menor que la longitud del arma .
Otras veces porque el orificio de entrada se halla en tejidos blandos o
sobre cavidades depresibles , por lo que la profundidad de la herida
sería mucho mayor que la longitud del arma; este tipo de lesión ha sido
llamado gráficamente herida en acordeón.
NUMERO DE ARMAS CUENDO EL HERIDO PRESENTA VARIAS HERIDAS.-
El tamaño y la forma de las distintas heridas teniendo en cuenta lo
expuesto hasta ahora, es lo que permite este diagnóstico, que en la
mayor parte de los casos no sobrepasa la mera probabilidad.
Orden de las heridas.- Una orientación
general sobre el orden en que fueron inferidas varias heridas presentes
en el mismo sujeto pueden deducirse de las zonas interesadas por las
respectivas heridas y los caracteres de éstas . Así , las heridas que
recaen en zonas mortales de necesidad pueden suponerse que sean las
últimas.
De la misma manera, si en una herida están ausentes
los signos de reacción vital debe deducirse que se produjo cierto
tiempo después de las que causaron la muerte.
En la mayor parte de los casos, desgraciadamente, no
dispondremos de elementos de juicio suficiente para resolver este
problema. Esto sólo es posible en el caso concreto de heridas corto
punzantes que llegan a contactar entre sí. Dos casos se dan en la
práctica: En el primero, las dos heridas se entrecruzan ; para
determinar su orden de producción se hacen afrontar los labios de unas
de ellas; si esta es la que se produjo en primer lugar se unirán también
los labios de la segunda herida, mientras que si era la última no se
afrontarán los labios producidas en primer lugar. En segundo caso se da
cuando de las dos heridas una coincide con el borde de la otra; en tal
caso, aquella es la última en orden de producción . Para terminar con
esta apartado indicaremos otra eventualidad que permite determinar el
orden de variadas heridas. Corresponde al caso en que todas las heridas
hayan sido producidas por la misma arma y que esta , en uno de los
golpes, sufre una melladura. Las heridas realizadas posteriormente
presentarán las irregularidades que la melladura sea capaz de producir.
Esta eventualidad puede darse con instrumentos cortantes de borde muy
afilado, como las navajas de afeitar.
Posición del agresor y víctima en el momento de producirse la herida.- Se trata de un problema que presenta grandes dificultades para su resolución y en el que no pueden darse normas generales.
Efectivamente, de forma apriorística suele aceptarse
que todas las lesiones que radican en el plano anterior del cuerpo han
sido inferidas estando víctima y agresor frente a frente, mientras que
las que asientan en el plano posterior lo fueron estando la víctima de
espaldas al agresor ( lo que constituiría una circunstancia agravante).
Este supuesto tiene sus errores, pues a parte de que el brazo armado
puede alcanzar distintos planos, el cuerpo de la víctima no es un
maniquí inanimado, sino dotado de movilidad, por lo que puede ofrecer en
el momento de la agresión, por el solo hecho de girar sobre su eje, un
plano distinto del que presentaba inicialmente, es decir, puede la
víctima ser agredida por la espalda y presentar en ese momento, por
rotación, el plano anterior, y a la inversa .
De dos maneras puede enfocarse este problema en la práctica:
- Partiendo del cuidadoso examen de la herida, mediante el cual se determina la dirección en que actuó el arma; de la zona en que está localizada; las condiciones del lugar del hecho; estaturas respectivas del agresor y de la víctima, y cualquier otra circunstancia útil en cada caso concreto, se intentan formular las hipótesis más verosímiles según las cuales haya podido tener lugar en el acto de la agresión. Estas reconstrucciones , si bien a veces son de una notable exactitud, otras dan lugar a grandes errores, por la imposibilidad de prever toda la vitalidad del acontecimiento.
- Más modestamente, pero lo más correcto en la mayor caso de los casos, precisar si las características de la herida coinciden o contradicen la versión que el acusado y/o la víctima han dado del modo en que se produjo la agresión.
Violencia de los golpes.- Es éste un dato
que, a veces, asume cierta importancia en la reconstrucción del hecho.
El diagnóstico debe deducirse de la profundidad de la herida y de las
condiciones del territorio anatómico interesado, sobre todo cuando en él
radican tejidos duros. En todo caso, sin embargo, deberá ponerse en
relación la profundidad de la herida con la agudeza del arma, que
cuando es notable permite que se produzcan heridas muy profundas con
muy escasa violencia; por el contrario, si el arma es poco afilada o su
punta es poca acusada, se hace necesario el uso de mucha fuerza para
herir en profundidad
heridas por instrumentos cortantes y contundentes
Se llaman así a aquellos
instrumentos provistos de una hoja afilada, pero que poseen un peso
considerable, por lo que a su efecto cortante se añade el propio de una
gran fuerza viva. Son ejemplos representativos de esta variedad de
instrumentos, los sables, los cuchillos pesados, azadones y sobre todo,
las hachas.
Herida contusocortante con tejido celular subcutáneo expuesto y equimosis color rojo violeta subyacente.
Mecanismo de acción
Los instrumentos cortantes y contundentes reúnen la
acción contusiva y la propiamente cortante, predominando una u otra
según las características del arma. Cuanto mayor sea la masa, y por
consiguiente el peso, tanto más prepondera la fuerza viva sobre el filo
cortante. Si el arma es muy afilada predomina la acción de diéresis,
pero siempre incrementada en sus efectos por la fuerza viva que resulta
del peso del instrumento y de la fuerza con que es manejado. Con este
tipo de arma no suele darse la acción de deslizamiento.
Caracteres de las acciones
Las heridas producidas por instrumentos cortantes y
contundentes, también llamadas heridas inciso-contusas, reúnen los
caracteres de las heridas cortantes a los producidos por ciertos tipos
de armas contundentes, como se desprende de su mecanismo de acción- Por
tanto, sus rasgos esenciales consisten en la existencia de una diéresis
tisular, a la que se une la contusión y la laceración. Una u otras
prevalecerán según el espesor de la hoja y el estado del borde cortante.
Pero, en todo caso, la profundidad de la herida supera sensiblemente a
las producidas por instrumentos cortantes y se da en ella el fenómeno de
no respetar, en general, las partes duras, lo que era una
característica típica de las heridas incisas .
Cuando el instrumento está bien afilado las heridas
inciso – contusas aparecen iguales que las heridas de corte, aunque más
profundas y llagan a interesar el esqueleto. Es más corriente, sin
embargo, que el filo no sea muy agudo, pues el arma suele tener un
cierto espesor que impide que sea muy afilada; en este caso, la herida
presenta los bordes irregulares y el contorno contundido, como las
heridas contusas.
Dado estos caracteres se imponen, con frecuencia, el
diagnóstico diferencial con las heridas incisas en unos casos y con las
heridas contusas en otros.
Degollamiento.
- CON LAS HERIDAS INCISAS.- Los rasgos propios de las heridas incisas contusas que sirven para esta diferenciación son las siguientes : Carecen generalmente de cola, los bordes de la heridas presentan siempre huellas de contusión bajo la forma de un borde equimótico y, a veces, de pequeñas irregularidades de su contorno.
- CON LAS HERIDAS CONTUSAS.- La diferenciación entre las heridas inciso – contusas y las heridas contusas propiamente dichas pueden sistematizarse, según ROYO – VILLANOVA : Las contusiones de los bordes de las heridas inciso – contusas nunca son muy acentuadas, pues la solución de continuidad de los tejidos se hace siempre por secciones, aunque sea poco neta. En cambio, en las verdaderas heridas contusas, las contusiones de los bordes de la herida son mucho más acentuadas, ya que fueron producidas por un mecanismo dislacerante. En las heridas contusas se observa, a veces, que ciertas partes de tejidos, por su mayor elasticidad, resisten sin romperse, permaneciendo de manera de pequeños puentes de unión entre los bordes y paredes de la herida lo cual no se observa nunca en las heridas producidas por instrumentos cortantes, aunque tengan una acción contusiva sobre – añadida. En las heridas inciso – contusas se observan vastos colgajos y lesiones de los huesos, aun cuando irregulares, no lo son tanto como en las heridas producidas por instrumentos contundentes, los cuales, a su vez, nunca determinan lesiones tan profundas y al mismo tiempo con cierta irregularidad.
Pronóstico
El pronóstico de las heridas inciso – contusas en mucho más grave que el de las cortantes:
- Su mayor extensión y profundidad, por lo que con frecuencia interesan partes esqueléticas y también órganos internos.
- Su mayor facilidad de complicaciones infectivas, análogamente a las heridas contusas.
Con frecuencia las heridas inciso - contusas son
mortales, unas veces por lesionar grandes vasos produciendo hemorragias
masivas, y otras veces por interesar directa o indirectamente órganos
vitales. Si la herida no es mortal puede crear graves secuelas, como se
dijo para las heridas cortantes.
heridas por instrumentos corto-punsantes
La parte lesiva de los
instrumentos corto-punzantes está constituida por una lámina más o menos
estrecha terminada en punta y recorrida por una, dos o más aristas
afiladas y cortantes Según el número de estas aristas, los instrumentos
se llaman monocortantes, bicortantes o pluricortantes.
Entre los instrumentos corto-punzantes más frecuentes
en la práctica médico legal deben citarse las navajas, los cuchillos de
punta, los puñales, los estiletes, etc.
Mecanismo de acción.
El modo de obrar de los instrumentos
corto-punzantes puede considerarse como la suma o término medio de los
instrumentos punzantes y los cortantes, por cuanto actúan
simultáneamente por la punta y por el filo o filos. En efecto, al
abordar el cuerpo por la punta ejercen una acción en cuña en la forma
dicha para los instrumentos punzantes.
Pero al mismo tiempo el filo (o filos) queda situado
en posición óptima para cortar, es decir, en dirección casi paralela al
sentido en que ejerce su acción de fuerza con que está dotado el
instrumento.
Cuando se trata de instrumentos pluricortantes, al ir
aumentando el número de aristas va disminuyendo el ángulo que forma
cada una de ellas (salvo que se hayan vaciado las caras intermedias), lo
que hace que su filo sea menos agudo. Si su número se multiplica
excesivamente, llegaría a confundirse con el instrumento cilindrocónico
típico de los instrumentos punzantes.
Caracteres de las lesiones
Las heridas corto-punzantes, de acuerdo con su
mecanismo de producción, se asemejan en parte a las punzantes y en parte
a las incisas. De la misma forma que en las primeras, en estás puede
distinguirse un orificio de entrada, un trayecto y, eventualmente, un
orificio de salida.
Orificio de Entrada:
Puede ser típico y atípico. En cuanto al primero, su morfología es variable con la forma del instrumento:
- Hoja plana y bicortante.- Cuando el instrumento posee una hoja plana y bicortante la herida que produce tiene la forma de una fisura, parecida a la de instrumento cortante, pero más profunda. Su dirección sigue la del diámetro transversal del instrumento y, por tanto, cambia según la posición de esté, con independencia de la orientación de las fibras elásticas de la piel. Puede no tener cola si el arma entró y salió perpendicularmente; tener una si al entrar o salir formó ángulo agudo; y tener dos si cada vez lo forma por un lado.
- Hoja plana monocortantes.- Forma también una fisura, pero de sus dos extremos uno es más agudo y, a menudo, presenta una cola evidente, mientras que el otro es más romo, como redondeado. Esta diferencia entre los extremos de la fisura se difumina cuando la herida es perpendicular a la dirección de las fibras elásticas cutáneas, por lo que la retracción de los bordes de la herida se hace muy acusada y adquiere entonces una forma oval alargada. E estos casos basta aproximar los bordes de la herida para hacer evidente la diferencia de los ángulos.
- Hoja gruesa monocortante.- Lo característico de este tipo de arma es la presencia de un lomo, opuesto al borde cortante. Como consecuencia, la herida forma un verdadero ojal, uno de cuyos extremos es agudo y en cola; el otro es casi cuadrado, por presentar dos pequeñas hendiduras debidas a los ángulos que el borde romo forma con las dos caras de la hoja
- Hoja pluricortantes.- El orificio de entrada en estos casos tiene forma estrellada, con tantas puntas como bordes cortantes posea el instrumento. Debe hacerse constar, no obstante, que a veces alguno de los bordes no marca su corte, por lo que no siempre se puede deducir de la herida la forma del instrumento. Es más, un mismo instrumento puede producir heridas con un número diferente de ángulos cuando hiere reiteradamente en una misma zona.
- Además de estos orificios típicos pueden encontrarse heridas atípicas. Las causas principales que dan origen a estas heridas atípicas radican en el instrumento o en la forma de producirse la herida. Por lo que respecta al instrumento deben señalarse aquellos cuya hoja es de superficie irregular y el corte, o cortes, desafilados, de los que son ejemplo representativo las limas. En esta caso el ángulo de la herida correspondiente al borde cortante no es muy agudo y no presenta cola, mientras en los bordes de la herida se observan numerosos y pequeñísimos desgarros. En cuanto a la forma de producirse la herida, le da carácter atípico el que la víctima o el arma se muevan, en cuyo caso la herida deja de ser rectilínea, describiendo una línea curva, quebrada o mixta.
TRAYECTO
El trayecto de las heridas corto-punzantes puede adoptar diversas formas:
_ Es único o múltiple, según que el instrumento haya realizado más de una penetración, aun sin haber salido del todo.
_ Es perpendicular al plano de la piel u oblicuo. En
este último caso, si el arma ha abordado oblicuamente los tejidos, con
oblicuidad paralela a la caras del arma, el bisel producido permite
diagnosticar desde fuera la dirección del trayecto.
Por último, el trayecto puede ser un fondo ciego o en
canal completo, traspasando por completo la parte anatómica y dando
lugar a un orificio de salida.
De la misma manera que en el orificio cutáneo, los
distintos planos atravesados por el trayecto de las heridas
corto-punzantes presentan los correspondientes orificios siempre
orientados en el mismo sentido, lo que permite diferenciar éstas de las
heridas punzantes. Algunas veces el trayecto puede no aparecer como
rectilíneo debido a la diferente elasticidad de los distintos tejidos y a
la eventual movilidad de algunos órganos.
ORIFICIO DE SALIDA
No es constante, Cuando lo hay suele ser de menores
dimensiones que el de entrada, pues las armas corto-punzantes son
ordinariamente más finas y aguzadas por la punta. Es también habitual
que cuchillos y navajas sean bicortantes en la punta y monocortantes en
la base, por lo que la forma del orificio de entrada y el de salida será
distinta.
Si el arma tiene suficiente longitud y la herida
recae en ciertas regiones, es posible encontrar dos orificios de entrada
y uno de salida para una misma herida cuando el instrumento ha
atravesado totalmente una parte del cuerpo y ha alcanzado otra
subyacente: por ejemplo, una herida que interese el tórax después de
haber traspasado el brazo.
Pronóstico.
Sigue las mismas directrices que para las heridas punzantes.
HERIDAS POR TIJERAS
Las tijeras constituyen un instrumento corto-punzante
que por su especial morfología da lugar a lesiones con caracteres
propios, que permiten individualizarlas.
Tales características radican en el orificio de
entrada cutáneo, que aparece bajo dos aspectos distintos. Según el modo
como haya entrado el instrumento . Si éste se introduce con las dos
ramas cerradas produce una herida única en forma de ojal o incluso de
rombo, a veces con una melladura en uno o ambos lados, que resultan de
la acción cortante del borde afilado de cada rama de la tijera. Si, por
el contrario, se ha introducido con las ramas abiertas se producen
simultáneamente dos heridas en forma de fisura lineal que dibujan en
conjunto una V completa o incompleta, según que se unan totalmente, o
no, en el vértice.
En las extremidades proximales de ambas fisuras, que
corresponden a los bordes cortantes de las ramas, es posible la
formación de una pequeña cola.
Debe hacerse constar, sin embargo, la frecuencia con
que se producen heridas atípicas, que se confunden unas veces con
heridas punzantes y otras con heridas corto-punzantes
Las heridas por tijeras, pese al frecuente uso que de
ellas se hace en la vida ordinaria, son poco abundantes en la
casuística médico legal. Dos excepciones deben señalarse, el
infanticidio y las riñas y agresiones entre gitanos. Es el único caso
porque muchos de ellos se dedican a esquilar animales, lo que les hace
llevar consigo ordinariamente sus tijeras des esquilador, que se han
acostumbrado a utilizar como arma agresiva.
heridas por instrumentos cortantes
Herida cortante con agente etiológico (Gillete).
Los instrumentos
cortantes se definen por la existencia de una hoja de poso espesor y
sección triangular que obra sólo por el filo. Ciertos objetos actúan
accidentalmente como instrumentos cortantes: láminas delgadas de metal o
trozos de vidrio. Los verdaderos instrumentos cortantes están
representados por cuchillos, navajas, navajas de afeitar, bisturíes,
etc.
Mecanismo de Acción.
Como se ha dicho, estos instrumentos actúan por
el filo que penetra en los tejidos a manera de cuña y los divide
produciendo soluciones de continuidad. El corte es facilitado cuando el
filo aborda oblicuamente la superficie, pues el ángulo cortante resulta
tanto más agudo cuanto mayor sea la oblicuidad. La acción del
instrumento puede llevarse a cabo por simple presión o por presión y
deslizamiento; en el último supuesto los efectos son muchos mayores.
Caracteres de las lesiones.
Las heridas por instrumentos cortantes, o heridas
incisas, responden en general a tres tipos: heridas lineales, heridas en
colgajo y heridas mutilantes.
HERIDAS LINEALES
Las heridas lineales se producen cuando el
instrumento penetra perpendicularmente produciendo una simple solución
de continuidad. Por efecto de la elasticidad de los tejidos seccionados,
la herida tiende a abrirse adquiriendo la forma de óvalo alargado,
cuyos extremos es frecuente hagan más superficiales, llegando a
prolongarse por un verdadero arañazo superficial que no siempre tiene la
misma dirección que el resto de la incisión.
Cuando los extremos asumen estas características reciben el nombre de colas.
Los caracteres diferenciales de estas heridas son:
1.- Bordes : Las heridas incisas se caracterizan por
regularidad y limpieza de sus bordes que, al retraerse, hacen aparecer
la herida fusiforme. Los bordes se separan más o menos según la
dirección del traumatismo y la zona interesada; la retracción es máxima
cuando el corte interesa perpendicularmente la dirección de las fibras
elásticas cutáneas. También influye la posición de la región en el
momento de la herida, por lo que si es distinta a la que se hace
adoptar para la observación puede aumentar o disminuir la separación de
los bordes, como ocurre en las heridas que asientan en la rodilla,
codo, hueco axilar, etc. Depende asimismo de que existan adherencias a
tejidos profundos, como sucede con la piel del cráneo, que se separa
poco en las heridas superficiales y mucho, en cambio, cuando es
lesionada la aponeurosis subyacente.
Herida cortante con Tejido Celular Subcutáneo expuesto.
2.- Extremos : Como hemos
dicho, suelen terminar haciéndose superficiales, formando las llamadas
colas. Las colas son más aparentes cuando en el corte de la piel
predomina el mecanismo de deslizamiento. Hay una cola de ataque, que
corresponde a la iniciación del corte, y una cola terminal. Ambas colas
pueden ser iguales o desiguales y aun falta en uno de los dos extremos
del corte ; en todo caso la cola más larga es la última producida en el
corte, al ir perdiendo contacto el instrumento con los planos cutáneos,
carácter éste que puede servir para indicar la dirección o sentido en
que fue producido el corte.
3.- Paredes : Las heridas cortantes tienen, a veces
una notable profundidad, dando lugar a la formación de las paredes que
concluyen hacia abajo, dibujando una sección triangular de vértice
inferior. Las paredes son lisas y regulares; no obstante, dentro de ésta
característica, cuando el corte ha interesado capas superpuestas de
distinta estructura y, en su caso, elasticidad, la diferente retracción
de estos tejidos puede dar una cierta desigualdad a la pared . En
efecto, la piel y el tejido muscular se separan mucho, sobre todo si el
instrumento ha cortado las fibras en sentido perpendicular a su
dirección; se separan poco, en cambio, los tejidos fibrosos,
cartilaginoso, hepático y esplénico; no se separa nada el tejido óseo.
No hay nunca puentes de sustancia que unan las paredes. Finalmente,
cuando en la zona herida hay un plano óseo superficial, se detiene en él
el corte, formando el fondo de la herida.
HERIDAS EN COLGAJO
Las heridas en colgajo se producen cuando el
instrumento cortante penetra más o menos oblicuamente, con lo que uno de
los bordes queda cortado en bisel obtuso, mientras que por el otro
resulta una lámina o colgajo de sección triangular con el borde libre o
corta, gruesa o delgada, dependiendo estos caracteres de la longitud del
arma, de la oblicuidad del corte y de su profundidad.
HERIDAS MULTIPLES
Se producen cuando el instrumento ataca una parte
saliente del cuerpo (la oreja, la extremidad de los dedos, la punta de
la nariz, el pezón mamario) dando lugar a su separación completa. Si el
arma no está muy afilada es corriente que se unan mecanismos de
arrancamiento o tracción.
HERIDAS INCISAS ATÍPICAS.
En determinadas circunstancias pueden producirse
también ciertas heridas incisas atípicas, de las que las más habituales
son las siguientes:
- Rozaduras o erosiones: Se originan cuando el instrumento no hace más que rozar tangencialmente la superficie cutánea, en la que sólo produce una erosión o el desprendimiento parcial de la epidermis.
- Heridas en puente y en zig-zag: se deben a las características de la región. Cuando en ésta hay pliegues cutáneos o se trata de una zona del laxa (párpados, escroto) queforma pliegues con facilidad, aun con la simple presión del instrumento, el arma actúa linealmente, pero, como consecuencia de haber formado pliegue cutáneo, al extender la región se ven dos cortes separados por un puente o una herida en zig-zag.
- Heridas irregulares: La falta de filo del arma o la existencia de melladuras da lugar a que la herida presente irregularidades, dentelladuras, hendiduras y laceraciones. Según el número e intensidad de éstas, se modifica más o menos la forma de las heridas incisas, los que, a veces, hace muy difícil el diagnóstico de su naturaleza.
Pronóstico
Es muy variable de caso a caso, dependiendo del
instrumento (la finura de su filo, la limpieza del arma) y de la zona
herida (vascula.rización de la región, órganos subcutáneos que pueden
resultar interesados por el corte).Las heridas cortantes pueden ser rápidamente mortales
por hemorragias o por embolia gaseosa (heridas del cuello que interesen
las venas). La hemorragia, en efecto, es constante en este tipo de
heridas, ya que la finura con que lesiona los vasos no provoca ningún
tipo de retracción, la cuantía de la hemorragia dependerá de la
vascularización de la región herida También es posible una muerte
tardía si hay complicaciones infecciosas.
Si la muerte no tiene lugar, la duración de estas
lesiones suele ser corta, porque la cicatrización es rápida
generalmente, dando lugar a cicatrices lineales o elípticas, más o menos
alargadas. Sin embargo, pueden quedar estados residuales y trastornos
funcionales permanentes consecutivos a la lesión de troncos nerviosos,
tendones, músculos, etc. que no se hayan consolidado viciosamente; esto
es, el tratamiento llevado a cabo, condiciona seriamente el pronóstico.
lunes, 31 de marzo de 2014
El orificio de salida
cuando existe, es de ordinario más irregular que el de entrada, pues la piel al perforarse de dentro hacia fuera, da lugar a una especie de estallido, con lo que suelen producirse fisuras y roturas atípicas. Su tamaño suele ser menor que del orificio de entrada, lo que es debido a la forma cilindrocónica del instrumento, con lo que su extremidad libre es de menor diámetro.
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